Siendo vuestro esclavo, ¿qué puedo hacer
sino esperar la hora e instante de vuestro deseo?
No tengo tiempo precioso que emplear,
ni deberes que cumplir, hasta que me aviséis.
Ni me atrevo a impacientarme ante la eternidad de las horas,
soberano mío, mientras contemplo el reloj aguardándoos;
ni pienso en la amargura cruel de la ausencia,
cuando habéis dicho adiós una vez a vuestro servidor.
Ni oso interrogar a mis pensamientos celosos
dónde podéis hallaros o dónde os llaman vuestros asuntos;
sino que, a manera de un triste esclavo, espero y no pienso en nada,
a no ser en cómo hacéis felices a aquellos a cuyo lado estáis.
El amor es un loco tan leal, que en todo cuanto hagáis,
sea lo que fuere, no halla mal alguno.
WILLIAM SHAKESPEARE
día 5588 de esclavitud, castrado permanentemente
Hace 2 meses